viernes, 3 de enero de 2020



¿A quien estamos ofreciendo nuestros talentos?





“Fácilmente a causa de la vanidad, el orgullo y la arrogancia el artista puede ser seducido. Por ejemplo, piensa a ver si en ocasiones has dicho: esa coreografía es mía y nadie lo puede hacer como yo. ¿Te molesta que te presenten en al final de los demás? ¿Te da celos si alguien utiliza una idea similar a la tuya? Realmente, ¿es para Dios que yo hago todo esto?”


Nuestra meta como artistas cristianos no solo debe ser que nuestro trabajo artístico genere aplausos o que gane un premio, sino que Dios sea Glorificado y que su Poder se manifieste en sanidad y salvación. Nuestro gozo no debe ser ganar el reconocimiento de los hombres sino ver vidas pasar de muerte a vida eterna por medio de Jesus a través del arte que hacemos!


¿Te ha pasado ó has pensado alguna vez de esta manera?


Esta nueva pintura que hice aunque no tiene ningún propósito específico sirve para mostrar mi talento a la Iglesia; ¿donde queda la revelación?
Este solo en la coreografía me va a permitir destacar el nuevo instrumento que compre; ¿donde queda la dirección de Dios?
Mi sueño es que mi ministerio de teatro sea conocido en las redes sociales; ¿donde queda la prioridad de proclamar a Jesús?
Nos toca participar en el Noche de Talentos así que tenemos que ser el mejor de grupo de pantomima; ¿donde queda la humildad y la honra a Dios?
Quiero llevar mi música a las naciones; ¿estas dispuesto a servir o tienes una mentalidad de turista?
Pienso mucho en la aprobación de los hombres; ¿podremos ser instrumento efectivos de Dios para llevar el Mensaje si nos preocupa tanto nuestra imagen?


Ezequiel 20: 28-29 dice: “Cuando yo los traje a la tierra que había jurado darles, que vio las altas colinas y árboles que dan sombra y ofrecían sacrificios a todos ellos. Me hicieron sentir enojado por los sacrificios quemados y ofrendas de bebidas que trajeron y dije, ¿cuáles son estos lugares altos, donde ustedes van? ”

Creo que el “lugar alto” se puede referir a nuestros propios deseos, a lo profundo de nuestro corazón. Tenemos que cuidar las intensiones mas profundas de nuestro corazón. El Señor debe estar en nuestro “lugar alto”. Solo ante EL debemos sacrificar y ofrecer nuestros talentos, habilidades, recursos, tiempo etc.


Cabe señalar que tenemos que desear desarrollar las destrezas técnica del arte que practiquemos. Dios nos habla acerca de la excelencia, sin embargo, debemos tener claro que el Arte de un cristiano tiene metas completamente diferentes al arte secular. Ezequiel 20:32 dice: “Y no sucederá lo que estáis pensando, cuando decís: “Seremos como las naciones, como las tribus de otras tierras, que sirven a la madera y a la piedra.”


Edwin Santini


EL ACTOR



Una vez leí que los actores somos líneas que forman textos y que cuando están bien escritas parte de nuestro trabajo está hecho. Estoy totalmente de acuerdo. No quiero decir con esto que sea más sencillo, ni mucho menos. Pero de partida cuando un guion es sólido y los personajes están bien definidos, el actor se enfrenta al trabajo desde otro lugar. Por ejemplo, la imaginación, una de las herramientas más poderosas del actor a la hora de trabajar, se dispara y los hallazgos surgen casi de forma espontánea. Porque en el guion está todo.


En ocasiones de un modo más presente y en otras escondida y agazapada, se encuentra la solución para resolver una escena o para dar diferentes colores o matices que irán perfilando a los personajes. Anthony Hopkins, actor de larga tradición shakesperiana, decía en una entrevista que no seguía ningún método en particular. Eso sí, se concentraba en revisar y estudiar unas 150 veces el texto. Porque ese trabajo de investigación, ese desentrañar los recovecos del texto es fundamental. Es la llave que abre todas las puertas.













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jueves, 2 de enero de 2020

Puesta en escena. Un cuento de Navidad.2019.











































































































Puesta en Escena. Curvas peligrosas.