EL ACTOR
Una vez leí que los actores somos líneas que forman textos y que cuando están bien escritas parte de nuestro trabajo está hecho. Estoy totalmente de acuerdo. No quiero decir con esto que sea más sencillo, ni mucho menos. Pero de partida cuando un guion es sólido y los personajes están bien definidos, el actor se enfrenta al trabajo desde otro lugar. Por ejemplo, la imaginación, una de las herramientas más poderosas del actor a la hora de trabajar, se dispara y los hallazgos surgen casi de forma espontánea. Porque en el guion está todo.
En ocasiones de un modo más presente y en otras escondida y agazapada, se encuentra la solución para resolver una escena o para dar diferentes colores o matices que irán perfilando a los personajes. Anthony Hopkins, actor de larga tradición shakesperiana, decía en una entrevista que no seguía ningún método en particular. Eso sí, se concentraba en revisar y estudiar unas 150 veces el texto. Porque ese trabajo de investigación, ese desentrañar los recovecos del texto es fundamental. Es la llave que abre todas las puertas.
En ocasiones de un modo más presente y en otras escondida y agazapada, se encuentra la solución para resolver una escena o para dar diferentes colores o matices que irán perfilando a los personajes. Anthony Hopkins, actor de larga tradición shakesperiana, decía en una entrevista que no seguía ningún método en particular. Eso sí, se concentraba en revisar y estudiar unas 150 veces el texto. Porque ese trabajo de investigación, ese desentrañar los recovecos del texto es fundamental. Es la llave que abre todas las puertas.
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