“Dios obra a través de personas diferentes en maneras diferentes, pero es el mismo Dios que cumple su propósito a través de todos ellos”
1 CORINTIOS 12:6 (PAR)
Eres una obra de arte hecha a mano por Dios. No has sido fabricado en una línea de producción, ni ensamblado ni producido en cantidades industriales. Eres un diseño hecho a medida, una pieza original. Dios deliberadamente te hizo y te formó para que le sirvieras de una manera que hace tu ministerio único. Dios no solo te formó antes de que nacieras, sino que planeó cada día de tu vida para apoyar su progreso para formarte. Eso quiere decir que nada de lo que pasa en tu vida es irrelevante. Dios usa todo eso para formarte para que ministres a otros y para servirlo a él.
Él nos creó a cada uno con una combinación única de atributos personales.
Algunas trabajan mejor cuando se le asigna un trabajo individual mientras que otras trabajan mejor en equipo. No hay temperamentos “correctos” o “equivocados” en el ministerio. Necesitamos todo tipo de personalidades para tener un balance en la iglesia y darle sabor.
“Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos”
1 CORINTIOS 12:6 (NVI)
La mejor manera de vivir tu vida es sirviendo a Dios de acuerdo a tu FORMA, para lo cual debes descubrir tus dones, aprender a aceptarlos y a disfrutarlos de modo que puedas desarrollarlos a su máxima expresión.
Dios quiere que descubras tu forma en particular. Comienza a encontrar y clarificar lo que Dios quiere que seas y hazlo.
Es importante que conozcas tu forma para que sirvas a Dios, pero es mucho más relevante tener corazón de siervo. Los siervos verdaderos están disponibles para servir. Siempre deben estar listos para cumplir con sus deberes. Ser un siervo significa darla a Dios el derecho de controlar tu horario y permitirle que lo interrumpa en cualquier momento que lo necesite. Los siervos verdaderos prestan atención a las necesidades. Siempre están mirando las maneras de ayudar a otros. Cuando ven la necesidad, no dejan escapar la oportunidad.
Los siervos verdaderos hacen lo mejor con lo que tienen. No tienen excusas, ni postergan ni esperan mejores circunstancias. Solo hacen lo que se requiere. Dios espera que hagas lo que puedas con lo que tienes, dondequiera que estés. Los siervos verdaderos cumplen sus tareas con la misma dedicación.
Siguen las instrucciones de Colosenses 3:23 “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo”
Los siervos verdaderos siempre están disponibles para servir.
Los siervos no ocupan su tiempo en actividades que puedan limitar su disponibilidad. Los siervos quieren estar listos para servir tan pronto sean necesitados. Igual que un soldado, el siervo debe estar lista para cumplir con sus deberes: “Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior”. Si sólo sirves cuando te conviene, entonces no eres un verdadero siervo. Los siervos verdaderos hacen lo que se necesita aunque no les convenga.
Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio. Los siervos terminan sus tareas, cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos. No dejan el trabajo a medias ni lo abandonan cuando se desaniman; son dignos de confianza y responsables.
La fidelidad siempre ha sido una cualidad excepcional.
La mayoría de las personas no conoce el significado del compromiso. Se comprometen casualmente pero luego incumplen por cualquier razón y sin ninguna duda, remordimiento o lamento. Cada semana, las iglesias y muchas organizaciones deben improvisar debido a que los voluntarios nunca se prepararon o nunca llegaron o nunca llamaron para decir que no podrían asistir.¿ Puede la gente contar contigo?, ¿ Estas listo para ser un siervo?, ¿ Estas listo para servir?
La parábola de los talentos nos enseña que Dios espera de nosotros que hagamos lo máximo con lo que Él nos da. Debemos cultivar nuestros dones y habilidades, manteniendo nuestros corazones ardientes, creciendo en nuestro carácter y personalidad, ampliando nuestras experiencias de manera que cada vez seamos más eficaces en nuestro servicio. Pablo les dijo a los Filipenses: “Que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio”, y le recordó a Timoteo que “avives la llama del don de Dios que recibiste”.
Si no ejercitas tus músculos, se debilitan y atrofian. De la misma manera, si no utilizas las habilidades y destrezas que dios te ha dado, las perderás. Jesús enseñó la parábola de los talentos para enfatizar esta verdad. Refiriéndose al siervo que fracasó al usar su único talento, el dueño dijo: “Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil”.
Si no usas lo que se te ha dado, lo perderás; usa la habilidad que ya tienes y Dios la aumentará. Pablo le dijo a Timoteo: “Asegúrate de usar las habilidades que Dios te ha dado… Ponlas a trabajar”
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